Morosidad gubernamental: Fausto Teodoro de Aldrey solicita el pago de sus servicios.
Fausto
Teodoro de Aldrey fue un empresario y periodista de origen español llegado a Venezuela
en su juventud, donde se residencio hasta el final de su vida, con un breve
intervalo de estadía en Puerto Rico. En nuestro país se dedicó a actividades
comerciales: en 1856 estableció el restaurante El Café Español, cuyos elegantes salones se prestaban para la
realización de conciertos y actos literarios que diversificaban la oferta cultural
de las elites locales de la todavía rustica ciudad de Caracas; y la fabricación
de helados (con patente de exclusividad) que se servían en anexo al restaurante.
También desarrolló actividad política previo al estallido de la Guerra Federal
(1859-1863), situándose del lado de la corriente liderada por Antonio Leocadio
Guzmán, destacando en las falanges liberales de la capital. Tras triunfar el
movimiento liberal-federal inicia una nueva actividad empresarial, ahora como
impresor con su propio taller tipográfico, donde dio a la estampa un trabajo suyo
de opinión y reflexión en asuntos de índole política y social: “Cuestión de
derecho público internacional de Venezuela…” (1865) en el que impugnaba el
proyecto de ley de la Cámara de Diputados sobre los derechos y deberes de los
extranjeros residentes y transeúntes en Venezuela. Aprovechó su taller para
incursionar en la actividad periodística y fundó el periódico El
Porvenir, que circuló desde 1864 y hasta 1868; para luego dar paso a un
nuevo proyecto con el cual dejó su impronta en la historia de la imprenta y el
periodismo venezolano. El 14 de noviembre de 1868 apareció en Caracas el
periódico La Opinión Nacional, salido de la imprenta dirigida por
Aldrey. La Opinión Nacional (cuya redacción estaba a cargo del
mismo Fausto Teodoro de Aldrey y Rafael Hernández Gutiérrez, aunque de forma
anónima) se convirtió en el órgano más importante de propaganda y divulgación del
liberalismo y del gobierno del presidente Antonio Guzmán Blanco. Pedro Grases,
fecundo historiador en materia del libro y la imprenta en Venezuela, fija (con
criterios basados en el modo, fisonomía, aire común o relevancia de las
publicaciones o impresos) 5 etapas del arte de Gutenberg en nuestro país; y
llama al periodo IV, fechado entre 1868 y 1892, el “Ciclo de Fausto Teodoro de
Aldrey”. El mayor peso para merecer esta distinción por parte del historiador
Grases se debe a que el 23 de diciembre de 1876, en un acto presidido por el Ilustre Americano, Aldrey introdujo la
aplicación del vapor a la imprenta, siendo esta la primera vez que en Venezuela
se utilizaba este adelanto técnico en un periódico de gran circulación.
Durante
su actividad como impresor es que se produce el documento que a continuación se
presenta, el cual se conserva en la colección de Libros Raros, Manuscritos y
Archivos Documentales de la Biblioteca Nacional de Venezuela, signado con la
cota ZMV A24 12-870[1].
En esta carta, Aldrey solicita las buenas gestiones del Presidente de la
República, Antonio Guzmán Blanco, para lograr el pago de sus servicios de
impresiones oficiales para el Ejecutivo Nacional, resaltando que el pago de
dicha deuda podría evitar la quiebra de su empresa. Bien conocida es la amistad
entre Aldrey y Guzmán Blanco, y los hechos posteriores a la fecha de producción
de este documento (1870) relacionados con su actividad empresarial, por lo que
es posible que tal deuda fuera salvada en beneficio de Aldrey.
Este documento nos
permite acercarnos a las vicisitudes de los empresarios y emprendedores, y sus
relaciones con el poder político; y también nos recuerda la larga tradición de
morosidad que acompaña como macula, por diversas circunstancias no siempre con
justificación, a la administración pública venezolana desde los primeros
tiempos de su establecimiento, y aun hasta la fecha.
En la transcripción que acompaña a este documento se ha modernizado la ortografía, y las palabras que originalmente se escribieron abreviadas, se han trascrito ahora completas; también se interpolan entre corchetes letras, palabras o frases que ayudan a dar sentido actual a la lectura de lo escrito hace casi 150 años.
“Caracas 12 de noviembre de 1870.
Señor
General A. Guzmán Blanco.
Mi estimado amigo.
El Gobierno me
debe por saldo de mi cuenta por impresiones oficiales hasta 31 de octubre, $[pesos] 868,69. Pedí al señor Ministro de Hacienda que se me asignase una cuota
diaria para la amortización de este haber y hasta ahora nada se ha resuelto.
Estoy sin
recursos hoy y en un grave conflicto, pues no pagando los gastos de la semana, temo
la disolución de la imprenta.
Depende
exclusivamente de usted el que tal cosa no suceda. Dígnese usted ordenar que se
me entreguen hoy por la Tesorería $[pesos] 100 a buena cuenta, y habrá usted
hecho a esta empresa un bien.
Se lo suplico
encarecidamente.
Sabe Dios la
pena con que escribo a usted sobre este asunto; pero confío en la
caballerosidad e indulgencia de usted.
Su afectísimo amigo
[Firmado] Fausto Teodoro de Aldrey.”
[1] Formando parte de una colección de 5 cartas dirigidas a Guzmán
Blanco por el famoso impresor.
Fuentes:
Lucas, Gerardo:
La industrialización pionera en Venezuela: 1820-1936. Universidad
Católica Andrés Bello, 1998.
Grases, Pedro: De
la imprenta en Venezuela y algunas obras de referencia. Universidad
Central de Venezuela,
Facultad de Humanidades
y Educación, Escuela de Bibliotecología y
Archivología, 1979.
Grases, Pedro [comp.]: Materiales
para la historia del periodismo en Venezuela, durante el siglo XIX. Universidad
Central de Venezuela,
Escuela de Periodismo, 1950.
Diccionario de Historia de
Venezuela. Fundación
Empresas Polar. Edición en línea: http://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/a/aldrey-fausto-teodoro-de/ Consultado el 24/11/2018.
|
¿Habrá algún documento donde el General Guzman Blanco le conteste al señor Fausto Teodoro? Y de haberlo públiquenlo...! Gracias
ResponderBorrar