El manuscrito más antiguo que se conoce del Himno Nacional de Venezuela.
Conocida desde su
creación como Gloria al Bravo Pueblo,
fue esta canción una de las muchas entonaciones que surgieron como consecuencia
y para avivar los cambios políticos que se suscitaron en los territorios
dominados por la corona española en América durante las tres primeras décadas
del siglo XIX. Su nacimiento está ligado a la existencia republicana de
Venezuela desde su génesis, pues la exaltación de espíritu que dio origen a
esta en los sucesos del 19 de abril de 1810 fue también la que dio origen al
patriótico canto producto de los mismos sucesos, con una gran posibilidad de
que ocurriera en la misma fecha.
Las primeras referencias
que se tienen del Gloria al Bravo Pueblo
están dadas por uno de los personajes que fue protagonista de lo que algunos
han venido en llamar “el primer golpe de estado” en la historia de Venezuela. Se
trata de Vicente Basadre, Intendente de Ejercito y Real Hacienda y una de las
autoridades depuestas en Caracas durante la revuelta de aquel jueves santo de
1810, quien refiere, en un largo memorial que escribe al Rey desde el barco en
que sale expulsado, que “lo más
escandaloso fue en las canciones alegóricas, que compusieron e imprimieron de
su independencia, convidaban a toda la América Española, para hacer causa
común, y que tomasen a los caraqueños por modelo para dirigir revoluciones”[1] en clara alusión a la
tercera estrofa del hoy Himno Nacional de Venezuela:
'Unidas
con lazos
que
el cielo formó,
la
América toda
existe
en Nación,
y si
el despotismo
levanta
la voz
seguid
el ejemplo
que Caracas
dio'.
La popularidad de aquella canción era ya extendida
apenas un año después de su creación, según se desprende de la referencia que
de ella hace otro personaje de los que concurrieron en los sucesos de 1810, el
canónigo José Cortés de Madariaga, quien narra que mientras regresaba a Caracas
desde Bogotá es gratamente sorprendido por uno de sus compañeros de viaje a
quien “su inclinación [de musico] lo obligó a tomar la flauta para ejecutar la
canción de Caracas, Gloria al bravo pueblo, etc... y al resonar el suave
instrumento unieron sus voces los que sabían la letra e hicieron sentir los
ecos de la libertad a los bogas, interrumpiéndoles por largo intervalo que
continuasen su ejercicio y produciendo en mi corazón emociones tiernas”[2].
No ha sido posible localizar, hasta ahora, ningún documento que certifique
quienes fueron los creadores del patriótico canto, sin embargo la tradición
oral, que es otra fuente para sustentar la historia, ha indicado desde un
primer momento que sus autores fueron Vicente Salias para la letra y Juan José
Landaeta para la música; y aunque no ha quedado esta afirmación exenta de
refutación, pues importantes historiadores y musicólogos han argumentado que
también pudiera tratarse de una obra compuesta por Andrés Bello y Lino
Gallardo, la falta de tan codiciada prueba para ambas posturas, hace inclinar la balanza hacia el lado de la tradición más antigua, que es a favor de los
primeros.
En 1938 la Biblioteca
Nacional de Venezuela adquiere, por compra que realizara para ella su entonces
director Enrique Planchart, el archivo de José Ángel Montero (1832-1881)
célebre compositor y director musical, integrante de una “…ilustre familia de músicos venezolanos que dominan la escena musical
durante todo el siglo XIX” a decir de Juan Francisco Sans[3], y que para la fecha se
encontraba en poder de sus descendientes. Para comprender el contenido de este
conjunto documental, se comisiona al reconocido musicólogo Juan Bautista Plaza,
a quien acompañará en esta labor el entonces estudiante Antonio Estévez; serán
estos investigadores quienes, mientras preparan el inventario de la recién
adquirida colección musical, realizarán el importante hallazgo de un apógrafo o
copia manuscrita de una partitura del Gloria
al Bravo Pueblo que, según el maestro Plaza al realizar el estudio del
papel y la caligrafía, sería realizado entre 1840 y 1845 por Atanasio Bello
Montero, otro importante compositor decimonónico y pariente cercano de José Ángel
Montero. Este viene a ser el manuscrito más antiguo hasta ahora conocido del
Himno Nacional venezolano.
El maestro Juan Bautista
Plaza describe este documento integrado por “ocho
papeles correspondientes a los instrumentos siguientes: 2 flautas, 2 cornos en
Do, trombón, timbales, violín 1°., violín 2°., viola y bajo”, destacando
que “faltan, por desgracia, las partes
vocales”[4]. Continúa reseñando luego el maestro Plaza
que la canción está escrita “en la
tonalidad de Do mayor y su aire o movimiento se indica con las palabras Paso
redoblado, o sea, paso de marcha militar.”[5]
El musicologo y Director de la Biblioteca Nacional, Ignacio Barreto[6], encuentra en el manuscrito
Bello Montero de la Biblioteca Nacional importantes similitudes con versiones
posteriores del Himno Nacional que merecen destacarse, ya que este documento
bien pudo ser la fuente de donde se tomaran algunas de esas otras versiones:
1.
Breve introducción de cuatro compases
sobre los acordes de tónica-dominante-tónica.
2.
Figuración de la melodía en progresión
sobre los dos últimos versos del estribillo.
3. Escala ascendente como puente en la
repetición del estribillo y entre la estrofa y el estribillo.
4.
Repetición de todo el estribillo.[7]
Por su parte, Juan Bautista
Plaza enumera algunas diferencias entre la canción de este apógrafo y la que al
día consideramos la versión oficial del Himno Nacional que, si bien “no son estas (…) tan
substanciales como para alterar las líneas generales o modificar el carácter general
de la obra” hemos de anotarlas para agregar elementos a la singularidad del
manuscrito:
1.
La entrada del coro va precedida de una brevísima
introducción musical de cuatro compases: simples acordes de tónica y dominante.
2.
Ausencias de las anacrusas que proceden a
los compases 5°. y 9°.
3.
Repetición igual de los compases 13°. y
15°.
4.
Forma melódica de la anacrusa de los
compases 16°. y 20°.
5.
Giro melódico de acompañamiento y armonización
sobre la dominante del compás 17°.
6.
Variantes melódicas de los compases 26°.,
28°., 31°., 32°. y 33°.[8]
Otra peculiaridad de este
documento es que al dorso se encuentra trascrito el Himno Nacional de Chile,
con variantes con respecto al que para la fecha se consideraba la versión oficial
de la canción patriótica chilena. La designación que da el manuscrito de Atanacio
Bello Montero a cada composición es Canción
Nacional, distinguiendo con el N° 1 al caso venezolano y N° 2 al caso chileno.
Todas estas
particularidades del orden artístico-musical, así como el valor histórico y probatorio
que de él se puede extraer, convierten al manuscrito del Gloria al Bravo Pueblo
que se conserva en el archivo José Ángel Montero de la Biblioteca Nacional en
una auténtica joya que engalana el patrimonio documental de Venezuela.
[1]
Citado por Tomas Gonzalez en su artículo: Memoria
de la Desdicha: Los realistas cuentan su versión del 19 de abril de 1810.
Tiempo y Espacio N° 61 enero-junio, 2014, pág. 373; revista arbitrada editada
por el Centro de Investigaciones Históricas Mario Briceño Iragorry.
[2]
Citado por José Antonio Calcaño en La
ciudad y su música: Crónica musical de Caracas. Caracas, pág. 168-169.
[3]
Sans, Juan Francisco. “Nuevas
perspectivas en los estudios de música colonial venezolana”. Revista
Musical de Venezuela. Caracas: ILVES-CONAC, año XVII, septiembre-diciembre
1997, N°35, pág. 27 nota 98.
[4]
Plaza, Juan Bautista. Revista Musical de Venezuela. Caracas: ILVES-CONAC, año
2, N° 4 mayo-agosto 1981, pág. 27
[5] Ibid.
[6] Musicólogo
y Profesor, jefe de la Colección de Sonido y Cine del Archivo Audiovisual de
Venezuela, donde se encuentra el Archivo de José Ángel Montero.
[7]
Barreto, Ignacio; Gloria al Bravo Pueblo:
Un enigma, una polémica en el tiempo. Revista Musical de Venezuela,
Ministerio del Poder Popular para la Cultura-Fundación Compañía Nacional de Música,
Caracas; N° 51, mayo-agosto de 2016, pág. S/N, edición digital descargable.
[8] Plaza…Ibid.
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