El General O´Leary lleva el Archivo del Libertador a Nueva Granada.

Por el 10 de abril de 1844 llega el general de Brigada del Ejército Libertador grancolombiano
Daniel Florencio O´Leary cerca de 1850
Daniel Florencio O´Leary a la ciudad de Bogotá, capital de la entonces República de Nueva Granada como lo había sido de la extinta Colombia (la grande), a ocuparse de su nuevo empleo como Encargado de Negocios de Gran Bretaña en aquella nación. Desde su viaje de 1834 por Europa, había gestionado con sus conciudadanos irlandeses y británicos la designación de representar a su primera patria en tierras americanas; y habiendo ocupado cargos menores de la misma actividad en Venezuela, pasa entonces a un territorio ya trajinado por él. Sin duda los recuerdos, algunos gratos otros no tanto, asaltarían las emociones de la familia O´Leary-Soublette, que en medio de tantos amigos podía sentirse como en otra parte de la misma patria.

  ¡A casi tres lustros desde que comenzó el camino de la posteridad (mayo de 1830) en diez baúles organizado por Manuelita, regresan los papeles de Bolívar al punto de partida, pero esta vez remozados con las ampliaciones de un custodio tan fiel y leal como lo fue la primera!

  Las actividades diplomáticas de O´Leary no debieron ser muy envolventes como para distraerlo del compromiso que con Bolívar y la posteridad había asumido desde mucho tiempo atrás; y era Bogotá el sitio ideal para revisar papeles, por ser sus archivos públicos más antiguos y mejor organizados que en Venezuela, además que en esa ciudad, y aquella República en general, se encontraban otros también antiguos compañeros de armas y funciones (algunos de ellos fervientes bolivarianos como Tomas Cipriano de Mosquera) que podían franquearle documentos y cartas relacionados con el Libertador, amén de que los testimonios de ellos serían esclarecedores para tantos episodios y situaciones que estaban siendo descritos por el fiel Edecán. Es muy probable que durante los ocho años continuos (1844-1852) que estuvo en Bogotá el incansable custodio, fuera cuando la “sección de O´Leary” del moderno Archivo del Libertador se nutriera de tantos documentos dirigidos o emitidos por personajes neogranadinos durante gesta de independencia.


La muerte de O´Leary.

  Dijo el escritor estadounidense Henry Van Dyke El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo por siempre”. Lo que fue el general Daniel Florencio O´Leary está indiscutiblemente plasmado en los títulos que la posteridad le ha consagrado: el Fiel Edecán y Evangelista del Libertador. 

¿Qué decir de lo que él poseía, y que nos interesa en este trabajo? La muerte, siempre prematura, lo encontró el 24 de febrero del año 1854, sin haber terminado de redactar las Memorias que habrían de ser la historia nacional de cinco países. Pero quiso el precavido irlandés dejar todo arreglado para asegurarse a manos de quien pasarían sus cosas, y fue tal la razón para dejar un largo testamento que en su cláusula décima expresa:

  “Entre mis papeles se encuentran correspondencia y documentos muy importantes, relativos a la historia de la República de Colombia, Perú y Bolivia, y manuscritos trabajados por mí, sobre los hechos del Libertador Bolívar. Encomiendo la custodia de todos estos papeles, de acuerdo con su madre, mientras viva, a mis hijos Simón y Carlos: les prohíbo que los publiquen o lean a nadie, antes del año de mil ochocientos sesenta; y el valor que ellos puedan tener, será un legado que les dejo, si verificaren la renuncia de que hablo en la cláusula anterior. En caso de no hacerlo, este valor se repartirá con igualdad entre todos mis hijos, o sus legítimos representantes, cuando llegue la época de conocerlo y realizarlo.”[1]

  ¡Nuevamente se encuentran los papeles de Bolívar en una disposición testamentaria, cuyo cumplimiento queda, naturalmente, a voluntad de otras personas cuyas circunstancias pudieran colocarlos entre ejecutarla o no!

  La cláusula que O´Leary llama la “anterior” se refería a que Simón y Carlos O´Leary Soublette debían renunciar a los derechos legítimos que pudieran tener en la herencia de su padre a favor de su madre y hermanos. Sin duda Simón B. O´Leary cumplió con lo dispuesto en la referida disposición, ya que finalmente fue él quien realizó la edición de la obra de su padre a partir de 1879 en Venezuela; pero, entre esta última fecha y la muerte del Fiel Edecán, transcurrieron 25 años de estadía de los papeles de Bolívar en territorio neogranadino.

(Sigue los pasos del Archivo del Libertador en la siguiente entrada dando clic aquí)



[1] Rumazo González, Alfonzo: Daniel Florencio O´Leary Edecán del Libertador. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas, 2008. Pág. 299.

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